Puente de Kelvin

El Puente de Kelvin, también conocido como el Puente de Cuatro Brazos o Puente de Kelvin-Vierpol, es un dispositivo utilizado para medir resistencias eléctricas con una alta precisión. Este puente fue inventado por el físico escocés Sir William Thomson, conocido como Lord Kelvin, en la década de 1860.

El Puente de Kelvin es especialmente eficaz para medir resistencias bajas, ya que minimiza los efectos de las resistencias parásitas presentes en los cables de conexión y en los contactos eléctricos. Su diseño permite reducir al mínimo los errores asociados con las resistencias no deseadas que podrían afectar la precisión de las mediciones.

El principio detrás del Puente de Kelvin implica la utilización de cuatro brazos conductoras. Dos de estos brazos se utilizan para conectar la resistencia desconocida y dos se utilizan para conectar resistencias calibradas (conocidas). Al equilibrar el puente, se logra que la corriente fluya solo por las resistencias calibradas, eliminando así los efectos de las resistencias no deseadas.

El Puente de Kelvin es comúnmente utilizado en aplicaciones donde la medición precisa de resistencias es crítica, como en la calibración de instrumentos de medición eléctrica y en la fabricación de dispositivos electrónicos de alta precisión. Su diseño ha demostrado ser efectivo para minimizar errores y mejorar la exactitud en la medición de resistencias bajas. 


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